
El violador lo golpeó y le causó un desgarro rectal. La jueza del caso aseguró que el hombre era sádico y también un zoofilico.
¿Tendrá que ver? Hace unos días, artistas argentinos manifestaban a favor de los animales desnudándose. En una de esas, como si se tratase de un teléfono descompuesto, la idea se deformó y se expandió hasta Caballito, incitando a las personas a la zoofilia. Pero ese no era, precisamente, el mensaje…
Un Juzgado de la Ciudad de Buenos Aires, condenó a cinco meses de cárcel a un hombre que primero ató a un perro, luego le pegó, y por último lo violó. También deberá indemnizar al dueño del animal con 771 pesos por los gastos veterinarios derivados de la agresión.
Sobre las 3 de la madrugada del 8 de marzo de 2008, el acusado entró en una propiedad del dueño del animal, Juan Carlos. En una habitación de la morada yacia Fido, un perro fiel a su dueño.
El imputado le ató "fuertemente" las cuatro patas con cuerdas; lo hizo "con tal fuerza" que el animal presentaba cortes circulares e inflamación de los tendones flexores de las patas traseras.
Además, lo golpeó con un objeto duro y le causó heridas en el pómulo izquierdo, en la zona del ojo derecho y el párpado, así como contusiones y un corte en el labio inferior.
También realizó "manipulaciones indebidas" -así dijeron- en el recto del animal, provocándole un desgarro rectal e inflamación muscular en la zona del glúteo.
Pasados meses de la agresión, el perro aún presenta una "ligera cojera" causada por las lesiones que sufrió y que le impidieron volver a caminar normalmente.
El condenado aseguró que los golpes y heridas que presentaba Fido eran fruto de una pelea con otro perro con el que compartía una salida del paseador y que, según él, pudo intentar montarlo, pero "a todas luces (ese supuesto animal) no pudo ser autor de las ligaduras", señala la sentencia.
La jueza consideró que el acusado maltrató al perro con consentimiento, ya que las ataduras eran suficientes para inmovilizar al animal, por lo que no eran necesarios los golpes que le propinó en toda la cabeza y demuestran un "sádico disfrute del autor en ocasionarle daño gratuito".
A su entender, el desgarro rectal que sufrió el animal tampoco "tiene otra explicación que el disfrute del autor, ya sea de naturaleza sexual o sádica".
El juzgado determinó también que el comportamiento de la persona fue "cruel y grave" y, por eso, lo condenó a cinco meses de prisión por un delito de maltrato con intención a los animales.
¿Sera Nico?
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